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Quercus, primera cerveza extremeña artesana 100%

Dorada y en botella, Quercus

Reportaje realizado por Marina Fernández

 

Dorada y de espuma jabonosa y abundante; desprende un aroma a malta, ligeramente floral y miel como toque final; y poseedora de un suave sabor, manteniendo el equilibrio entre amargor y dulzor, Quercus se presenta como la primera cerveza artesana extremeña.

 

Un experimento casero

 

Como los grandes inventos, todo surge a raíz de un tropiezo fortuito y la curiosidad. El detonante esta vez fue un kit para hacer cerveza obtenido en Internet y las ganas de experimentar del pacense Pablo Blázquez, diplomado en Empresariales y licenciado en Investigación y Técnicas de Mercado. Muchos fueron los intentos frustrados y de escaso éxito, por lo que hace aproximadamente dos años, Blázquez buscó consejo de otro amante de la cerveza, con experiencia en el mundo de la hostelería. Son Juan Manuel Zapata, que ha cursado tres años de Licenciatura en Administración y Dirección de Empresas, y Pablo Muñoz, licenciado en Química y Máster en Gestión de Calidad, los que se unen a esta aventura cervecera, formando así un trío de ases.

 

Una vez conformado el equipo, se puso en marcha esta idea pionera y se desarrolló una receta desde cero. Y entonces, surgió Quercus y la ambición por dar a conocer su peculiar sabor.

Elaboración natural

 

Quercus, familia de los árboles que predominan y caracterizan a la dehesa extremeña, como son la encina, el alcornoque o el roble, es el nombre propio  de esta primera cerveza rubia  artesana cien por cien; fruto de un intenso trabajo que ha conseguido hacerle distinguir entre las diversas apuestas cerveceras de la región.

 

Hay etapas necesarias por las que se tiene que pasar para la fabricación con éxito de

de una cerveza artesana: la molienda de la malta; la maceración del grano molido de malta en agua; la cocción del mosto con adición de lúpulo, para obtener así el amargor y los aromas característicos de la cerveza; la fermentación mediante la adición de levadura, que convierte los azúcares en alcohol y gas (CO2, dióxido de carbono); y la carbonatación y maduración.

 

La Quercus esconde un secreto en su fabricación, algo que la hace especial en su sabor y le da el toque de distinción necesario. Éste radica en la utilización de la miel de Fuenlabrada de los Montes (Badajoz), comúnmente conocido como el Pueblo de la Miel. Además del empleo de uno de los lúpulos elegidos, es lo que le aporta un resabio cítrico.

 

Es el factor natural lo que la diferencia de otras cervezas y atrae al público. “La carbonatación no lleva adición de gas carbónico, y el gas que tiene se obtiene únicamente de la acción de las levaduras”, ha indicado este trío de ases. Hay más en este proceso, y es que “no se pasteuriza, por eso la fecha de caducidad es de un año desde su fabricación”.

 

Pasado, presente y futuro

 

Los tres empresarios decidieron adquirir hace dos años la maquinaria necesaria para la elaboración de dicha cerveza. Al principio, solo para consumo propio y para los amigos, puesto que solo podía producir 50 litros y por lo que han tenido que elaborar y embotellar en una microcervecería de Madrid. En ese momento, se percataron de la posibilidad de negocio, que a pesar de la crisis que azotaba, y a día de hoy, al país, creyeron como el momento más oportuno.

Extremadura fue su objetivo y lo han logrado. Después de un año de su puesta en marcha, ya elaboraron 1.000 litros, 600 en barriles y otros 400 en botellines de tercio (1.200 unidades), los cuales se pueden consumir en algunos locales de Badajoz. Pero este proyecto continúa, y a lo grande: ahora trabajan para crear una microcervecería que permita elaborar hasta 20.000 litros de cerveza al mes. También incorporar una carta que incluya, al mismo tiempo que esta cerveza rubia, la de trigo o la tostada, así como otras con diferentes sabores y aromas.

 

La ambición no tiene límites, y menos para estos emprendedores. Una vez que la planta de elaboración sea una realidad y funcione a pleno rendimiento, esperan alcanzar una cuota de mercado en Extremadura de entre el 5% y 7% en un plazo de 3 años. Una cerveza de calidad es el principal fin, además de promover lo que ellos denominan “la cultura cervecera” mediante cursos para enseñar a elaborarla , así como catas y seminarios.

La meta la han marcado ya: alcanzar ese volumen de producción en seis meses. Y para ello, se están concentrando en la búsqueda de financiación. Ya han invertido 10.000 euros, pero esta microcervecería en Badajoz requiere entre 150.000 y 160.000 euros. “Estamos explorando las posibilidades en estos momentos. De hecho, tenemos reuniones previstas con Extremadura Avante para estudiar la posibilidad de un crédito a un interés muy favorable. También vamos a solicitar ayudas al Gobierno de Extremadura en forma de subvención, y el dinero restante lo buscaremos en entidades financieras con las que ya estamos en contacto”, han puesto como solución estos empresarios. Asimismo, han recibido ofertas de inversores privados que se han interesado en formar parte del proyecto.

 

Elaboración de la cerveza.

Producto de tierra extremeña

 

El autor se dirige a sus paisanos, a un segmento de mercado en el que prima los productos regionales, de producción artesanal y de alta calidad. Al fin y al cabo, apuesta por el gusto por lo propio.

 

Actualmente, la cerveza Quercus se vende a dos euros el tercio de botella en tiendas, y en establecimientos a dos o tres euros, aunque su precio depende del formato elegido y del tipo de bar. Los empresarios se arriesgan a pesar de la situación actual porque confían en su producto y en el gusto del cliente por una cerveza de calidad, artesana y de su tierra.

 

Sus planes de futuro cuentan con distribuir esta cerveza por más establecimientos de la geografía extremeña como Cáceres, Don Benito, Mérida, Navalvillar de la Pela, Los Santos de Maimona, Aliseda y Llerena, entre otros; además de comercializarla por Internet, supermercados y centros comerciales de la región.

 

(De izquierda a derecha) Pablo Blázquez, Pablo Muñoz y Juan Manuel Zapata.

Recomiendan beberla en vaso de caliz, tulip o tumbler; acompañarla con unas tostas de queso y alguna mermelada de cebolla o pimiento; pero la mejor opción para la Quercus siempre será la compañía y las ganas de experimentar con nuevos sabores.

La carbonatación no lleva adición de gas carbónico, y el gas que tiene se obtiene únicamente de las levaduras

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